LEOPARDO DE FORMOSA
- Ortigoza Luna Samuel Adrián
- 19 may
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El leopardo de Formosa pertenece a la familia de los félidos y al género Neofelis. Es una subespecie del leopardo nublado (Neofelis nebulosa) que habitó la isla de Taiwán. Es un animal mamífero y carnívoro.
Durante mucho tiempo se le consideró el mayor depredador terrestre de Taiwán. Su peso se estimaba entre 11 y 23 kilogramos, y su longitud, sin contar la cola, era de 60 a 110 centímetros.
Características
Tenía un cuerpo ágil y musculoso, ideal para la vida arbórea. Su pelaje era grisáceo o marrón claro, con grandes manchas en forma de nube, lo que le daba su nombre común de “leopardo nublado”.
Contaba con patas cortas y fuertes, garras afiladas y una cola larga, que le proporcionaba equilibrio al trepar. Sus colmillos eran proporcionalmente largos, parecidos a los de los felinos prehistóricos, lo que lo convertía en un hábil cazador.
Hábitat
El leopardo de Formosa habitaba en los bosques montañosos y selvas subtropicales de Taiwán, especialmente en regiones remotas y de difícil acceso. Prefería zonas elevadas y con densa vegetación, donde podía moverse y cazar con facilidad.
Alimentación
Era un depredador solitario y sigiloso. Se alimentaba de mamíferos pequeños y medianos, como ciervos, monos, aves y roedores. Cazaba principalmente al acecho, utilizando su camuflaje natural para acercarse sin ser detectado.
Reproducción
Se sabe poco sobre su ciclo reproductivo específico, pero se cree que era similar al de otros leopardos nublados. La hembra podía tener 2 o 3 crías tras una gestación de unos 90 días. Las crías nacían ciegas y dependían completamente de la madre durante los primeros meses.
Estado de conservación
El leopardo de Formosa fue declarado extinto en estado silvestre por el gobierno de Taiwán en 2013, tras más de 20 años sin avistamientos confirmados, a pesar de extensas investigaciones. Los factores principales de su desaparición fueron la pérdida de hábitat, la caza furtiva y la deforestación.
Algunas comunidades indígenas de Taiwán, como los palanan, consideran al leopardo de Formosa un animal sagrado, y su posible reaparición es motivo de esperanza y respeto.
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